Mitos y realidadesE
MITO. El síndrome de Down es una enfermedad y las personas con síndrome de Down están enfermas.
REALIDAD. El síndrome de Down, como tal, no es una enfermedad, dado que no implica sufrimiento personal ni afecta al bienestar de la persona. Nunca podremos asegurar que una persona con síndrome de Down, si recibe la atención y los apoyos necesarios, tiene una vida menos plena o es menos feliz que si no tuviera síndrome de Down. En general, las personas con síndrome de Down gozan de buena salud, tanto física como mental , aunque es cierto que, especialmente en los primeros años de vida, los niños y niñas con síndrome de Down son más susceptibles de sufrir determinadas patologías.
MITO. Existen diferentes grados de síndrome de Down más leves y más graves.
REALIDAD. El síndrome de Down es debido a la presencia de un cromosoma 21 extra en las células de una persona, por lo tanto no existen diferentes grados de síndrome de Down, simplemente se tiene o no se tiene [el cromosma 21 extra]. Ocurre que entre las personas con síndrome de Down existe la misma variabilidad que en el resto de la población: cada persona con síndrome de Down tiene unas características físicas, unas capacidades y una personalidad propias en función de la herencia genética recibida de sus padres y de los factores ambientales y educativos.
MITO. El síndrome de Down es muy infrecuente.
REALIDAD. Por cada 600-700 concepciones en el mundo, nace una persona con síndrome de Down.
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La incidencia estimada del síndrome de Down a nivel mundial se sitúa entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 recién nacidos.
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Se estima que en el mundo existen aproximadamente seis millones de personas con sindrome de Down.
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Entre el 30 y el 40% de personas con discapacidad tienen síndrome de Down.
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La esperanza de vida de las personas con síndrome de Down se sitúa en torno a los 60 años.
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Asimismo, se ha demostrado que la edad materna es un factor de riesgo, principalmente cuando la madre supera los 35 años
MITO. Las personas con sindrome de Down son agresivas.
REALIDAD. La conducta no va asociada al síndrome, es decir, los comportamientos agresivos no son característicos en las personas con sindrome de Down. Las conductas agresivas tienen su origen en trastornos de conducta que al igual que cualquier otra persona podrían estar presentes también en algunas personas con sindrome de Down.
MITO. La edad avanzada de los progenitores es la causa del sindrome de Down.
REALIDAD. Aunque está demostrado que un factor que favorece la aparición del síndrome de Down es que la madre en el embarazo cuente con una edad más avanzada, la mayoría de casos se dan en madres jóvenes.
MITO. El síndrome de Down implica dificultades de aprendizaje y necesidades de educación especial.
REALIDAD. Es cierto que su aprendizaje es más lento, pero, y mediante una estimulación adecuada, su cerebro puede evolucionar. Además, no necesitan de educación especial, habiéndose dado casos de personas con síndrome de Down que han estudiado en la universidad y se han graduado, como es el caso de Pablo Pineda, el primer síndrome de Down a nivel europeo que consiguió un título universitario.
Por otro lado, dentro del mercado laboral ha aumentado considerablemente la tasa de personas con esta discapacidad que desempeñan puestos fuera de los centros especiales de empleo.
MITO. Las personas con síndrome de Down siempre están felices.
REALIDAD. Las personas con síndrome de Down tienen sentimientos como cualquier otra persona. Experimentan todas las emociones y como cualquier otra persona responden ante esas emociones.
MITO. Las personas con síndrome de Down tienen múltiples discapacidades cognitivas.
REALIDAD. La mayoría de las personas con síndrome de Down tiene una discapacidad cognitiva que va de leve a moderado. Los niños con síndrome de Down pueden participar completamente en programas educativos, tanto públicos como privados.
MITO. Las personas con síndrome de Down son niños eternos.
REALIDAD. La discapacidad intelectual no es un pretexto para ser tratado como niño, pueden comportarse de acuerdo a su edad cronológica siempre y cuando sea tratado de acuerdo a su edad.
MITO. Las mujeres con síndrome de Down no pueden quedar embarazadas.
REALIDAD. Las mujeres con síndrome de Down son fértiles, por lo tanto pueden quedar embarazadas.
MITO. Los adultos con síndrome de Down son incapaces de formar relaciones destinadas al matrimonio.
REALIDAD. Las personas con síndrome de Down tienen muchas amistades, socializan, tienen citas, forman relaciones y se casan, como todos las demás personas.
MITO. El síndrome de Down es hereditario.
REALIDAD. El síndrome de Down es hereditario en aproximadamente el 1% de los casos. En el 99% restante el síndrome de Down es completamente aleatorio.